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Autor: Sabine Klein

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Asociación Cordobesa de Farmacéuticos Homeopáticos
Entidad sin fines de lucro - Non-profit organization


Boletín Homeopático Informativo Nº 10

Agosto - Septiembre - Octubre

Año 2004

Top  VOLVER A SER MOCOSOS
Frente a un cuadro de gripe, los médicos homeópatas nos concentramos en estimular la energía autocurativa del paciente para que su propia inmunidad rechace al virus invasor. Con el tratamiento homeopático unicista, la evolución de estos cuadros gripales suele ser benigna y leve y deja inmunidad contra ese virus.

La medicina convencional en cambio, sólo cuenta con su clásico arsenal " anti-todo " : antitusivos contra la tos, antitérmicos contra la fiebre, antihistamínicos contra la secreción nasal y los estornudos, antidiarreicos contra la diarrea. Eso en el mejor de los casos, porque no es difícil encontrar médicos que durante estas epidemias receten antibióticos... contra el virus.

El paciente, que desea curarse rápido para retomar sus actividades, vuelve encantado a su casa con las manos llenas de remedios, porque siente que por fin está haciendo algo . Y vaya si lo hace.

Con el antitérmico , baja la fiebre, y así destruye una de las armas más poderosas de defensa del organismo. La fiebre es una respuesta inmunitaria programada para elevar la temperatura de la sangre y otros tejidos y hacerlos inhóspitos a los gérmenes. Dos o tres días de fiebre alta son una medicina antiviral y antibacteriana maravillosa, tan efectiva que sólo la Naturaleza podría haberla creado.

La tos es una reacción refleja de los bronquios para expulsar cuerpos extraños y gérmenes, y también el catarro. El antitusivo inhibe ese reflejo y las vías respiratorias quedan indefensas frente al avance de los microbios.

El antihistamínico reseca las mucosas haciéndolas sensibles a cualquier agresión porque impide la formación de moco , esa ingeniosa trampa mucilaginosa que las células sanas producen para atrapar, inmovilizar y eliminar a los gérmenes. Suprimiendo el estornudo , paraliza una respuesta del organismo programada para expulsar violentamente las partículas extrañas.

Con el antidiarreico , se suspende la eliminación de los virus, las bacterias y sus toxinas por una de las vías naturales del organismo, y se les permite quedarse en nuestro medio interno más tiempo de lo conveniente.

En realidad, esta terapéutica propia de la medicina moderna nos deja expuestos y desvalidos frente al ataque de los virus, porque anula el portentoso sistema de defensa con el que hemos nacido.

Este es el modelo de curación que se ha ido trazando poco a poco, a medida que los laboratorios han desarrollado una droga diferente para actuar sobre cada órgano y para modificar sus funciones naturales.

En nuestra cultura competitiva, a muchos pacientes les resulta inconcebible resignar tres días de trabajo para quedarse descansando en la cama. Víctimas de la eficiencia aplicada a todo, no pueden creer que la ciencia no pueda cortar ni acelerar el proceso. Pero la realidad es que contra los virus nadie puede hacer nada.

Volver a tener fiebre, volver a tener tos, volver a ser mocosos, es volver a la verdadera curación, la que el organismo hace por sí mismo si lo dejan trabajar tranquilo y sin interferencias. Así podremos aprovechar su sabiduría, que es infinitamente mayor que la de todos los laboratorios medicinales del mundo.

Top  Referencias
[MULL] Resumen del artículo: Volver a ser mocosos de la Dra. Mónica Muller, publicado en Homeopatía para todos - Nº 18 - Diciembre 1998.

(c) ACFaH 1998- Sabine Klein